ROSARIO CENTRAL
Forjador de Campeones

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La Historia.

No han quedado testimonios rigurosos acerca del nacimiento exacto de Rosario Central.

Como la misma ciudad que lo cobija, no hay acta de fundación que determine con certeza el momento del feliz alumbramiento.

Lo que sí pudo en su momento recopilarse fueron los primeros pasos dados por los gerentes y personal jerárquico de la empresa ferroviaria de la línea ferrocarril Buenos Aires y Rosario, tarea que llevó a cabo con particular esmero y dedicación uno de los pilares fundamentales de toda la historia auriazul, don Federico J. Flynn.

Fue en la memoria y balance correspondiente al año 1923 cuando don Federico -que ya había cedido su plaza de puntero derecho en el equipo de primera para hacerse cargo de la presidencia del club- recompuso los primeros tramos de una trayectoria que lleva más de cien años.

Según ese testimonio, que no ha sido controvertido, por octubre de 1889, un grupo de obreros del Ferrocarril Central Argentino se reunía tras la dura labor en terrenos baldíos de Villa Sanguinetti, en el nacimiento casi de la Avenida Alberdi, incursionando en la práctica rudimentaria de un fútbol que no conocía reglas fijas, número de jugadores ni duración de los partidos.

El ejemplo cercano del Atlético del Rosario había prendido y encendía el fervor en los nativos rosarinos.

Tampoco eran ajenos en los “picados” de Villa Sanguinetti los directivos de la empresa ferroviaria, que vislumbraron la posibilidad de agruparse -fuera de Atlético del Rosario, cuya principal actividad deportiva era el cricket- en un club que dedicara sus afanes exclusivamente al fútbol.

La idea fue rápidamente propagada por el viejo barrio de Talleres, donde entusiastas rosarinos se dieron a la tarea de limpiar el terreno, montar un par de arcos con troncos de árboles y acondicionar a manera de vestuario un viejo vagón abandonado de las inmediaciones.

Así las cosas, en la víspera de la navidad de 1889, alrededor de setenta personas se dieron cita en un desaparecido café de la avenida Alberdi (donde cien años después se levantaría el Colegio Talleres) y dieron libre rienda a su entusiasmo.

Un inglés, T. Mutton, propuso formalmente la creación de un club de fútbol, sugiriendo para el mismo el británico nombre de “Central Argentine Railway Club”; por aclamación, los asistentes a la reunión dieron aprobación al proyecto, eligiendo presidente de la flamante institución al más fogoso de los oradores de aquella histórica jornada, mister Colin Bolin Calder, caballero inglés y apasionado por el fútbol.

Los colores que eligieron en un principio para identificar a los jugadores fue el blanco y rojo, que pronto fueron sustituidos por el blanco y azul, dispuestos en dos grandes cuadros colocados en ambas mitades de la camisa.

Esa original combinación permaneció hasta -se presume- aproximadamente 1904, cuando se adoptó la camiseta azul y amarilla, dispuestos en bastones verticales, que siguen siendo identificatorios hasta hoy de Rosario Central.

No fue fácil al principio conseguir rivales para el novel equipo.

Mister Mulhall, integrante de la comisión directiva, se fatigaba cada mañana en los muelles de la ciudad a la “pesca” de algún barco inglés cuya tripulación estuviera dispuesta a competir amistosamente con los muchachos de su equipo.

La búsqueda dio sus frutos a mediados de 1890, cuando en el muelle de Comas, ubicado en las inmediaciones de la que hoy es la bajada Sargento Cabral, Mulhall dio con un grupo de animosos marineros de un barco británico -cuyo nombre se perdió en el olvido- que aceptaron enfrentar al equipo local.

Unas 40 o 45 personas presenciaron dichos partidos, para los que el Central Argentine Railway Club alistó a once jugadores de ostensible origen británico: M. Barton; Postell y Camp; J. Muskett, J. Barton y King; Mc Lean, T. Muskett, Green, Mac Intock y Hooper.

El nuevo club fue incrementando su pasión por el fútbol, especialmente al influjo de las notables actuaciones del Atlético del Rosario en la Copa de Competencia, con cuyos equipos solían competir amistosamente los ferroviarios de la Villa Sanguinetti.

Con todo, la primera década de vida dejó muy poco para recordar, y recién en los primeros tramos del siglo XX comienzan a sucederse hechos diversos pero que confluyen hacia un destino de promisorias perspectivas para el fútbol de la ciudad.

Para el nuevo club, 1903 marca un hito fundamental en su historial: ese año se fusionan las líneas ferroviarias Buenos Aires y Central Argentino; recibe Rosario una notable afluencia de operarios criollos provenientes de los talleres ferroviarios de Campana y San Martín, los que se acoplan de inmediato al fútbol que se practicaba tras la jornada de labor.

Cada vez son más los adictos al nuevo deporte, que por meras razones generacionales más que de otra índole, chocan con frecuencia con los conductores -fundadores- de la institución.

Pero fue uno de ellos, don Miguel Green -el mismo que actuó como centrodelantero en el primer equipo centralista- quien propuso ese año de 1903 se permitiera el ingreso como asociados de aquellas personas que no pertenecían a la empresa ferroviaria; ésta aceptó la innovación, reconociendo a los nuevos socios, pero negándoles voz y voto; no obstante, el mismo Green ensayó en la recordada asamblea que comentamos una “jugada” que haría historia: en vista del fervor de los operarios locales -gran mayoría- y tras un fervoroso discurso, propició “acriollar” el nombre de la entidad y sugirió la nueva denominación: Rosario Central.

La ovación que coronó sus palabras impidió toda reacción de parte de los viejos pioneros, que recién intentaron recuperar su protagonismo en 1925, al amparo de los nuevos gerentes ingleses de la empresa ferroviaria.

Ya era por entonces presidente don Federico J. Flynn cuando recibió una intimación de la gerencia para desalojar los terrenos de la Villa Sanguinetti; la idea era bien clara: la empresa retiraba su apoyo (especialmente el finaciero) al club, amenazando con llevar la secretaría, los papeles y el registro de asociados al vecino poblado de Pérez, donde funcionaban a pleno los talleres ferroviarios.

El 7 de setiembre de 1925 don Federico informó a una asamblea de asociados la grave situación planteada, sopesando el impacto de sus palabras en la numerosa concurrencia.

Un socio apellidado Scarpa, inmigrante italiano y poco conocedor de triquiñuelas legales y conveniencias administrativas, pidió un aplauso para “el glorioso Rosario Central que -afirmó- desde este mismo instante queda libre para siempre de extrañas tutelas”.

Fue recién entonces cuando Rosario Central de la mano de Flynn, comenzó a crecer sin descanso.

En esa misma histórica asamblea su presidente informó de las gestiones que estaba dispuesto a realizar ante el Concejo Deliberante de la ciudad para lograr “la cesión de los terrenos ubicados en bulevar Avellaneda, calle 31 (actual Cordiviola), avenida Central (hoy avenida Génova) hasta el río Paraná”, el mismo sitio casi donde luce orgulloso el actual “Gigante de Arroyito”.

FUENTE: Rosario: Historias de acá a la vuelta.

El Estadio.

<<< Toma aérea.


Toma satelital. >>>


La Bandera.

<<< Desde abajo.

Desde arriba. >>>

<<< De día.

De noche. >>>


La Marcha.

Haga click acá para escuchar la marcha de Rosario Central.

Te aplaude y te saluda jubilosa
la hichada deportiva que te admira
Campeón de cien jornadas victoriosas
Valiente triunfador que orgullo inspira.
El símbolo auriazul de tu divisa
Se enciende y resplandece como el sol
Cada vez que la cancha se electriza
Al estallar de la victoria el "GOL".

ROSARIO CENTRAL
Forjador de campeones
Con ROSARIO CENTRAL
Vibran los corazones
Corazones rosarinos que te aclaman
Y que tus glorias de entusiasmo inflaman.
Otro gol de CENTRAL
Rubrica la victoria
Y el laurel triunfal
Reverdece en su historia
Esa historia jalonada de coraje
De hazañas sin par
La gloria eternal
De ROSARIO CENTRAL

Honrosos paladines del deporte
Atletas invencibles en la lid,
Impávidos luchad sin que os importe
La talla del rival fuerte y viril.
Que nunca empalidezcan tus blasones
Que siempre brille el símbolo triunfal
Arriba, pues, campeones de campeones
Para la gloria del fútbol NACIONAL.

MARCHA OFICIAL DEL C. A. ROSARIO CENTRAL
Letra y Música: LAERTE CARROLI, compuesta el 29/04/45.

Los Campeonatos Ganados.

Títulos Nacionales

Campeón Nacional 1971
Campeón Nacional 1973
Campeón Nacional 1980
Campeón de A.F.A. 1986-87


Título Internacional

Campeón de la Copa CONMEBOL 1995


Cuatro Figuras.

<<< Mario A. KEMPES.
(Partido homenaje.)
Horacio CARBONARI. >>>
(Cuarto gol en la final
de la CONMEBOL.)


<<< Omar Palma,
seguido por escudero.
Aldo Pedro Poy. >>>
(Homenajeado por la hinchada
24 años después del gol.)


El técnico más querido.

Don Angel Tulio Zoff.


La Palomita Histórica.

Haga click acá para escuchar el relato del gol.

En una carta dirigida al Departamento de Admisión de nuevos registros y marcas del Guinness Book of the Records, representantes de la Organización Canalla Anti Lepra -si bien ellos prefieren denominarse Organización Canalla para América Latina- solicitan la inscripción del “gol más festejado del mundo”.

El texto es el siguiente:

“De acuerdo a lo convenido oportunamente les remitimos a ustedes la presente para cumplimentar el trámite de admisión en el prestigioso Libro de los Récords del gol más celebrado del mundo.

Adjuntamos en esta carta el material fílmico que documenta el momento sublime en que Carlos Daniel Aimar levanta la vista y cede el esférico para el Negro González, que queda como puntero derecho.

Luego, éste se adelanta, arroja el centro y es en ese instante cuando Aldo Pedro Poy se arroja de palomita y empuja con su cabeza el comienzo de esta historia...Gol de Rosario Central en el estadio de River Plate.

Se ven los festejos y la imagen desolada del arquero Fenoy.

Ese gesto, ese ademán de vida de Poy, como lo definió un poeta local, se produjo el 19 de diciembre de 1971.

Desde entonces, cada 19 de diciembre el gol histórico es recordado en esta ciudad, en celebraciones organizadas por la OCAL que documentamos a través de recortes de diarios, cintas magnetofónicas, videos y fotografías. Pruebas irrefutables de la permanencia en el tiempo de la celebración.

Esto sin menoscabar los secretos rituales que se realizan, con humildad, en la intimidad de los miles de hogares centralistas de los que nos es imposible dar cuenta.

La solicitud cumple con todos los requisitos planteados por el Departamento de Admisión del Guinness, a saber:

* Se trata de un hecho singular.
* No existen antecedentes en ningún lugar del orbe de un caso similar.
* Ha superado la barrera de las dos décadas y no ha perdido su esencia.
* Reúne: pasión, amistad, desinterés y alegría.
* Está instalada en la memoria popular.

Avalan el pedido más de diez mil firmas que adjuntamos a esta solicitud.
Entre ellas altas personalidades de la cultura, el periodismo, la comunidad científica y el clero.
Sin otro particular, nos despedimos de ustedes quedando a la espera de la ratificación del récord solicitado.”


FUENTE: Rosario/12 (21/12/1995)



N. del E.: Mi más profundo agradecimiento a los siguientes “ Canallas ” que colaboraron en la recolección del material aquí expuesto:
El colorado Vázquez, Gustavo Yusem, Fernando Quaglia, Mauricio Durán, Roberto Camaño, Marcelo Ducca, Pablo Bertolín, Rubén Hurtado y Guillermo Celoria.

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