La Poesía de Rosario |
Aquellas charlas, amigo, aquellas charlas están grabadas en las paredes de Nanterre: “Corre, camarada, el viejo mundo está detrás de tí”. Y aquí, bajo otros cielos, aquél mayo de Nanterre yo cumplía los 17 a los que quería volver Violeta. Aquella charla amigo en que te dije que el sistema anotaba un tanto en nuestras barbas que nos quedamos dormidos en defensa y a pesar de los avances no generamos situaciones de gol: el sistema está entrenado, nos mató un amanecer al centrofoward y al abrir los ojos nos entró nostalgia por la lluvia nostalgia por la lluvia la de ahora es otra lluvia el vino no es el mismo al sexo le pusieron saxo extraviándolo de su propia melodía. Sabés qué pasa mi querido amigo no quedan tantas pensiones baratas ni esas prostitutas de Eduardo Dalter que “no esperan a nadie y sueñan” en la esquina de la Plaza López o en la cuadra del París ni Federico dice “oye mi sangre rota en los violines”. Preocupa eso sí el agujero del ozono pero nadie pregunta por el dedo que se mete y escarba corre camarada se viene el dedo el viejo mundo debe quedar atrás, a la vuelta de una esquina a la que faltan el buzón carmín y un misterioso sobre perfumado que custodie esa pequeña violeta ansiosa por dormir eternamente junto al poema 20 de Neruda. Es otra cosa otro tiempo otro hombre no se consigue un zapatero bueno para coser la de cuero es otro tiempo otra cosa los arqueros no se calzan la gorra hasta los ojos las camisetas no vienen con solapas y botones al hombre le han cambiado el sueño lo dejaron temeroso del sida la pasión temeroso amor deseo silencio vibración de los sentidos cuando pelvis y pelvis aturden esa misteriosa desaparición del mundo el viaje en espiral al infinito. Aquella charla aquella charla (cómo cuestan las palabras cuando se abandona el gesto) aquella charla de palabras del sistema y nosotros que pasamos los 17 pero queda sexo para combatir el sida manos para acariciar el sexo ojos para mirar las manos otros ojos para encontrar los ojos mirar a través del vaso y conspirar. Nos acosan amigo nos acosan son muchos nos rodean nos hacen correr lejos de los muros de Nanterre nos alejan cambian la utopía pedazos de película que la Metro tiró por inservibles jugar armar un videoclip hacer cola con una regadera regar regar con entusiasmo. Porqué no una regadera sin flor cargada con agua de cal caminar despacio por los lados luego prolija medidamente marcar el área penal la línea del centro el círculo hasta mandarse la joda dibujar con blanco sobre el pasto al centrofoward que murió al amanecer haciendo el amor con la mujer de sus sueños mujer con un telar que sueña que al amanecer un centrofoward destejerá punto por punto cada rincón oscuro de la luna. Aquella charla aquella charla de qué sirve conspiremos.
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