¿Recuerdas el sembrado?,¡nuestro humilde sembrado!,¿en aquel caluroso verano del sesenta?.Se angustiaban los camposbajo un tórrido Enero,y el sembrado reseco se quebraba en las eras.Se ovillaban las nubesen un cielo de fuego,las chicharras cantaban su presagio de soles,y en los rostros estabala impotencia del ruegotras la baba viscosa de tantos caracoles.Y sucedió el milagro;se oscureció de prontola mañana que ardía bajo tus pies morenos,nos miramos con ansias,y al caer de rodillasquedaron nuestras manos sobre el reseco suelo.Y arreció la tormenta.¡Se colmaron los camposdel increíble alivio de la lluvia esperada!,y nuestros cuerpos mudos,llorando agradecidos,¡se inclinaron besando nuestra tierra mojada!.