Vejez, tú vas llegando, segura, decidida,te aferras a mi piel y la castigas,como un frío puñal, penetras, sin salida,acunando en mi interior una doliente herida;realidad violenta robándome los días,vejez, tú vas llegando como una despedida.Peldaño tras peldaño, tristezas y alegrías,yo deposito en tí todas mis fantasías;pequeñas vetas blancas, racimos peregrinos,vital naturaleza, enigma del destino,secuelas que golpean, arrugas que amanecen,vestigios de la vida, que no desaparecen.Vejez, tu vas llegando, no puedo detenerte,marchitas mis caminos, me llevas a la muerte,cabalgas por mi senda, callada, tristemente,vejez, que tonta eres, no sabes comprenderme.Envuelves en tu manto mis sueños más queridos,embriagas con tu alcohol mi cuerpo ya vencido;te miento si te digo que eres bienvenida,vejez, yo no te quiero y ya estás en mi vida.